ESTRUCTURA DE LA BIBLIA. LEVÍTICO


Ley ceremonial

Los judíos designan al Libro del Levítico, como ocurre con los demás libros, por su primera palabra, en este caso: Wayigrk (”y llamó”), pues el libro comienza así: «Y llamó (el Señor a Moisés)…».

En la traducción griega de los Setenta el tercer libro del Pentateuco recibió el nombre de Levitikón, que pasó a las versiones latinas como Leviticum, de donde viene el nombre castellano de Levítico. Este nombre se debe a que la mayor parte del libro trata de temas relativos a los sacerdotes y a los levitas. Cuando el pueblo se encontraba en el desierto, el Señor lo llamó a Sí, para hacer de él una nación santa. Precisamente, las normas y prescripciones que se contienen en el Levítico tienen como fin reglar el modo de mantenerse en santidad, esto es, en el ámbito de Dios, e indicar los procedimientos necesarios para volver a esa cercanía a Dios si uno se había apartado de ella por el pecado.

Estructura::

1. Prescripciones sobre los sacrificios (1:1‑7:38). Primero se recogen las normas relativas al holocausto. A continuación, se regula la oblación (minjáh), un sacrificio de tipo agrícola en el que se ofrecen productos del campo: flor de harina, amasada con aceite. Después se trata de los sacrificios pacíficos o de comunión (shelamim) que son sacrificios en los que la sangre y la grasa, como partes vitales, eran quemadas en honor del Señor, pero el resto del animal sacrificado era consumido en un banquete sagrado. Siguen a continuación las normas acerca de los sacrificios de expiación por el pecado y de reparación por los delitos. Esta parte termina con dos capítulos en los que se trata, otra vez, de todos estos sacrificios, pero ahora desde el punto de vista de lo que han de observar los sacerdotes en su ofrecimiento y de las porciones de ofrenda que éstos se podrían reservar para sí mismos.

2. Institución de los sacerdotes (8:1‑10:20). Se narra la investidura de Aarón, y al tratar de ella se describe el ritual de la ceremonia de investidura de los sacerdotes y los sacrificios que se han de ofrecer en la inauguración de su ministerio. Al final de esta parte recoge varias reglas particulares que han de tener presentes los sacerdotes al desempeñar su oficio.

3. Ley de la Pureza Ritual (11:1‑16:34). Se enumeran las circunstancias o acontecimientos que pueden hacer perder la pureza legal, así como el modo de realizar las purificaciones necesarias en caca caso. Esta tercera parte termina con la normativa sobre la celebración del Día de la Expiación o Yom Kippur.

4. Ley de Santidad (17:1‑26:46). Las cosas y las personas han de ser santas, porque el Señor es santo. La legislación al respecto queda recogida en este extenso código legal. Comienza con unas prescripciones acerca de algunas inmolaciones y sacrificios, de las condiciones para la santidad de la unión conyugal y para evitar las abominaciones, así como diversas prescripciones cultuales y morales, seguidas de las sanciones correspondientes a las faltas contra estas normas. Se enuncian a continuación unas normas para la santidad de los sacerdotes y de los que participan en los manjares sagrados. Después se especifican los rituales para la celebración de las fiestas, del año sabático y del año jubilar.

La Ley de santidad presupone una noción de Dios como trascendente a las realidades profanas, y de la realidad del culto como un modo de acceder a la “santidad”, es decir, al ámbito de lo divino. Posiblemente en ella se encuentra el núcleo inspirador de la gran tradición sacerdotal, que tanta influencia habría de tener en la redacción definitiva del Pentateuco.

Apéndice con disposiciones acerca de los votos (27).Tras una breve conclusión en la que se pide el respeto debido al Señor y sus mandamientos, se enumeran una serie de bendiciones o de maldiciones, para quienes, respectivamente, cumplan o no las leyes enunciadas. El último capítulo del libro (27:1‑34) es un apéndice que contiene algunas disposiciones sobre los votos, su cumplimiento o su posible sustitución por un importe equivalente.