Idolatría
(ver Adoración y Avaricia) Para la religión bíblica no hay más Dios que Yavé, por lo que la idolatría o adoración a cualquier otra cosa o persona es considerada como una aberración merecedora del mayor castigo [Éx20,1-5]; [Éx34,12-17]; [Dt4,15-19]; [Dt5,6-9]; [Dt13,7-17]; [Jue2,11-14]; [2Re17,7-18]; [Jer32,30-35]; [Ez16,1]; [Ez20,1]; [Ez23,1]; [Dan14,1]; [Os8,4-6]; [Sal81,10]; [Sal106,19-20]; [Sal106,36-40]; [Sap11,15]; [Sap14,8-14]; [Sap14,22-31]; [Rom1,24-32]. Es ridículo rendir culto a lo que nada es y nada vale [Is41,67]; [Is44,9-20]; [Jer10,11-12]; [Sap6,1]; [Sap13,10-19]; [Sap15,7-19]; [1Cor8,4-6], abandonando al único y verdadero Dios [Jer2,5]; [Jer2,13], [Sap13,1-5]; [Rom1,18-32] y poniendo en peligro la consecución del reino [1Cor5,11]; [1Cor10,14-22]; [Gál4,8]; [Ap21,8]; [Ap22,15].
Iglesia (ver Pueblo de Dios)
Etimológicamente significa reunión, asamblea, pueblo convocado. En el AT se emplea pocas veces, pero significativamente para designar la asamblea religiosa del pueblo de Dios [Dt4,10]; [Dt31,30]; [Jos8,35]; [Jue20,2]; [1Re8,1], [1Re8,14], [1Re8,22], [1Re8,55]; [Sal32,26]. Con el NT se convierte en el vocablo preferido para designar al nuevo pueblo de Dios, que tiene a Jesucristo como fundador [Mt16,18] y que está compuesto de judíos y gentiles sin distinción [He15,7-9], [He15,14]; [He18,10]; [Rom15,9-13]. Son sobre todo el libro de los Hechos y san Pablo quienes emplean abundantemente el término iglesia para designar: a) la entera comunidad cristiana que nace, se desarrolla, se extiende por el mundo entero y se hace presente en cada una de las concretas comunidades locales [He5,11]; [He8,1]; [He8,3]; [He9,31]; [He11,22], [He11,26]; [He12,1]; [He14,23], [He14,27]; [He15,3], [He15,4], [He15,22], [He15,41]; [He16,5]; [He18,22]; [He20,17], [He20,28]; [Rom16,1], [Rom16,4], [Rom16,16]; [1Cor1,2]; [1Cor4,17]; [1Cor6,4]; [1Cor10,32]; [2Cor8,1], [2Cor8,18], [2Cor8,23]; [Gál1,2], [Gál1,22]; [1Tes1,1]; b) El misterio del reino de Dios, que se encarna y se revela en esta realidad a la vez humana y divina, visible y transcendente, santa y pecadora, pueblo de Dios y cuerpo de Cristo [Ef1,22-23]; [Ef2,20]; [Ef3,10], [Ef3,21]; [Ef4,12-16]; [Ef5,23-32]; [Col1,18], [Col1,24-25]; [1Tim3,15].
Etimológicamente significa reunión, asamblea, pueblo convocado. En el AT se emplea pocas veces, pero significativamente para designar la asamblea religiosa del pueblo de Dios [Dt4,10]; [Dt31,30]; [Jos8,35]; [Jue20,2]; [1Re8,1], [1Re8,14], [1Re8,22], [1Re8,55]; [Sal32,26]. Con el NT se convierte en el vocablo preferido para designar al nuevo pueblo de Dios, que tiene a Jesucristo como fundador [Mt16,18] y que está compuesto de judíos y gentiles sin distinción [He15,7-9], [He15,14]; [He18,10]; [Rom15,9-13]. Son sobre todo el libro de los Hechos y san Pablo quienes emplean abundantemente el término iglesia para designar: a) la entera comunidad cristiana que nace, se desarrolla, se extiende por el mundo entero y se hace presente en cada una de las concretas comunidades locales [He5,11]; [He8,1]; [He8,3]; [He9,31]; [He11,22], [He11,26]; [He12,1]; [He14,23], [He14,27]; [He15,3], [He15,4], [He15,22], [He15,41]; [He16,5]; [He18,22]; [He20,17], [He20,28]; [Rom16,1], [Rom16,4], [Rom16,16]; [1Cor1,2]; [1Cor4,17]; [1Cor6,4]; [1Cor10,32]; [2Cor8,1], [2Cor8,18], [2Cor8,23]; [Gál1,2], [Gál1,22]; [1Tes1,1]; b) El misterio del reino de Dios, que se encarna y se revela en esta realidad a la vez humana y divina, visible y transcendente, santa y pecadora, pueblo de Dios y cuerpo de Cristo [Ef1,22-23]; [Ef2,20]; [Ef3,10], [Ef3,21]; [Ef4,12-16]; [Ef5,23-32]; [Col1,18], [Col1,24-25]; [1Tim3,15].
Imposición de manos
Gesto ampliamente utilizado en el mundo de la Biblia, donde la mano simboliza ya la acción poderosa de Dios [Éx14,31]; [1Re18,46]; [Ez1,3]; [Ez3,22]; [Sal19,2]. Imponer las manos es, pues, señal de eficacia en la bendición que se da [Gén48,13-19]; [Mt19,13]; [Mc10,16]. Es también signo de consagración, por la que el Espíritu confiere capacidad y autoridad a una persona para ejercer una misión [Núm8,10]; [Núm27,15-23]; [Dt34,9]; [He6,6]; [He8,17]; [He13,3]; [He14,23]; [He19,6]; [1Tim4,14]; [2Tim1,6]. Es, finalmente, signo de liberación del mal: liberación del pecado, mal por excelencia [Lev1,4]; [Lev4,4]; [Lev16,20-22]; ver [1Tim5,22], y liberación de los males físicos, como prenda de la liberación definitiva [Mc7,32]; [Mc8,23]; [Mc16,20]; [Lc4,40]; [Lc13,13]; [He9,12]; [He28,8].
Incredulidad. Infidelidad (ver Fidelidad)
Con estas dos palabras, de contenido muy semejante, se significa no sólo la negación abierta de Dios [Sal10,4]; [Sal14,1], sino también la actitud de quien no da crédito a su palabra, a sus enviados, a sus obras. El AT constata y lamenta la incredulidad e infidelidad de Israel [Éx15,1]; [Éx16,1]; [Éx32,9]; [Éx33,3]; [Núm14,1]; [Núm16,1]; [Núm17,1]; [Dt9,7], [Dt9,13], [Dt9,24]; [Dt32,15]; [Is48,4]; [Jer7,26]; [Ez2,3-8]; [Ez3,7]. Como no se fía de Dios, Israel busca apoyo "inútil apoyo" en los ídolos [Is2,6-8]; [2Re17,16-17], en adivinos y falsos profetas [1Sam21,3-25]; [Jer4,10]; [Jer27,9]; [Miq3,7], en las criaturas [Jer7,4]; [Jer17,5], en alianzas humanas [Is30,1-7]; [Is31,1-3]; [Os5,13]; [Os7,8-11]. La incredulidad de Israel alcanza su punto culminante al rechazar a Jesús [Mt8,10-12]; [Mt11,20-24]; [Mt13,58]; [Mt21,33-44] par; [Mt23,37]; [Lc13,34]; [He3,13-14]; [Rom9,1]; [Rom9,11]. Pero no sólo Israel es incrédulo e infiel. También los discípulos de Jesús pueden serlo en cierta medida [Mt6,30]; [Mt8,26]; [Mt14,31]; [Mt16,8]; [Mt17,20] par; [Mt28,17] par; [Jn20,24-29], y lo son de manera especial cuantos se niegan a reconocer a Jesucristo como Dios y hombre verdadero [1Jn2,22-23]; [1Jn4,2-3]; [1Jn5,1-5].
Con estas dos palabras, de contenido muy semejante, se significa no sólo la negación abierta de Dios [Sal10,4]; [Sal14,1], sino también la actitud de quien no da crédito a su palabra, a sus enviados, a sus obras. El AT constata y lamenta la incredulidad e infidelidad de Israel [Éx15,1]; [Éx16,1]; [Éx32,9]; [Éx33,3]; [Núm14,1]; [Núm16,1]; [Núm17,1]; [Dt9,7], [Dt9,13], [Dt9,24]; [Dt32,15]; [Is48,4]; [Jer7,26]; [Ez2,3-8]; [Ez3,7]. Como no se fía de Dios, Israel busca apoyo "inútil apoyo" en los ídolos [Is2,6-8]; [2Re17,16-17], en adivinos y falsos profetas [1Sam21,3-25]; [Jer4,10]; [Jer27,9]; [Miq3,7], en las criaturas [Jer7,4]; [Jer17,5], en alianzas humanas [Is30,1-7]; [Is31,1-3]; [Os5,13]; [Os7,8-11]. La incredulidad de Israel alcanza su punto culminante al rechazar a Jesús [Mt8,10-12]; [Mt11,20-24]; [Mt13,58]; [Mt21,33-44] par; [Mt23,37]; [Lc13,34]; [He3,13-14]; [Rom9,1]; [Rom9,11]. Pero no sólo Israel es incrédulo e infiel. También los discípulos de Jesús pueden serlo en cierta medida [Mt6,30]; [Mt8,26]; [Mt14,31]; [Mt16,8]; [Mt17,20] par; [Mt28,17] par; [Jn20,24-29], y lo son de manera especial cuantos se niegan a reconocer a Jesucristo como Dios y hombre verdadero [1Jn2,22-23]; [1Jn4,2-3]; [1Jn5,1-5].
Infierno
Tiene en la Biblia un primer significado etimológico de "lugar inferior" donde moran los muertos "buenos y malos", sin especial connotación a una situación de castigo. Equivale más o menos al primitivo seol israelita. Cristo habría descendido a estos "lugares inferiores" para liberar a cuantos allí estaban esperando la salvación [Rom10,7]; [Ef4,9]; [1Pe3,19]. Pero en cuanto el término "infierno" traduce la palabra (Hebrea "gehenna" o la griega "hades" = "abismo tenebroso", designa el lugar o, mejor, la situación de castigo que corresponde a los impíos. En este sentido es empleada con frecuencia en el NT [Mt5,22], [Mt5,29-30]; [Mt10,28]; [Mt18,8-9] par; [Mt23,15], [Mt23,33]; [Lc12,5]; [Lc16,23]; [He2,27]; [Ap1,18]; [Ap6,8]; [Ap20,13]. En [Mt16,18] se emplea como sinónimo de poder antidivino.
Inmortalidad
En sentido estricto, Dios es el único inmortal [Rom1,23]; [1Tim1,17]; [1Tim6,16]; ver [Sap1,15]. De una inmortalidad participada habla el AT en el libro de la Sabiduría [Sap3,4]; [Sap4,1]; [Sap8,13], [Sap8,17]; [Sap15,3]; ver [Sap2,23]. En cuanto al NT, la palabra aparece sólo en 1Corintios con sentido positivo y referida al cuerpo de la resurrección [1Cor15,53-54]; el concepto, sin embargo, se incluye en las expresiones mucho más frecuenTesde "vida eterna" y "muerte eterna" [Mt7,14]; [Mt18,8-9]; [Mt19,16], [Mt19,29]; [Mt25,46]; [Jn3,36]; [Jn4,14]; [Jn5,24-40]; [Jn6,27-63]; [Jn10,28]; [Jn17,2-3]; [He13,46], [He13,48]; [Rom6,22-23]; [Jds21,1].
Ira
La ira, en cuanto pasión desordenada que arrastra a la ofensa y la injusticia, es rotundamente condenada por la Biblia [Gén4,5]; [Gén27,44-45]; [Gén49,5-6]; [Pro14,27]; [Pro29,11], [Pro29,22]; [Mt5,22]; [1Cor13,5]; [Col3,8]; [1Tim2,8]; [Tit1,7]; [Sant1,19-20]. Pero la Biblia conoce también una "ira santa", que es rechazo y aborrecimiento del mal y celo ardiente en defensa de los derechos de Dios [Éx16,20]; [Éx32,19-22]; [Lev10,16]; [Núm25,11]; [Núm31,14]; [1Re18,40]; [2Re1,10], [2Re1,12]; [Jer6,11]; [Jer15,17]; [Mc3,5]; [Mc11,15-17] par; [He17,16]. Precisamente en este sentido de rechazo absoluto del mal debe entenderse la ira o cólera de Dios de la que hablan con frecuencia los libros sagrados [Éx32,1]; [Dt1,34-35]; [2Re23,26]; [Is30,27-30]; [Jer4,8]; [Jer18,20]; [Jer21,5]; [Rom1,18]; [Rom9,22]; [Ef2,3]; ver [Heb10,31]; [Ap6,16]. Pero, al final, la misericordia triunfará sobre la ira [Rom5,9]; [Rom9,23]; [Rom11,32]; [1Tes1,10]; [1Tes5,9]