DICCIONARIO DE TÉRMINOS BÍBLICOS. LETRA A


Abnegación

Exigencia indispensable para ser discípulo de Jesús [Mt10,37]; [Mt16,24]; [Mt19,17], [Mt19,29]. [Mc8,34]; [Lc9,23]. Tomar la cruz y seguir a Jesús [Mt16,24] para crucificar la propia carne [Gál5,24], preferir los intereses de Cristo a los propios [Mt10,37]; [Lc14,26], son otras tantas expresiones neotestamentarias de la abnegación cristiana. San Pablo la recomienda encarecidamente [Rom6,12-13]; [1Cor7,29-31]; [Tit2,12].

Acción de gracias

Es la respuesta del hombre a los dones de Dios, a las maravillas obradas por Dios en la historia de la salvación. Está hecha de gozo, de veneración, de reconocimiento, de alabanza [Éx15,1-21]; [Dt32,43]; [1Crón16,8-36]; [Jds16,1-2]; [Is12,1-6]; [Is25,1-4]; [Is63,7]; [Jer20,13]; [Sal92,1]; [Sal95,1-7]; [Sal116,17]; [Sal136,1]; [Sal138]. En el AT aparece estrechamente relacionada con el concepto de bendición [1Crón29,10-13]; [Neh9,5]; [Tob13,1-8]; [Sal28,6-7]; [Sal66,8], [Sal66,20]; [Sal68,20], [Sal68,27]; [Sal100,4]; [Sal103]; etc. Pero es sobre todo con la llegada de la era mesiánica cuando el hombre, en Cristo, por Cristo y con Cristo y bajo la acción del Espíritu, puede tributar al Padre una acción de gracias perfecta [Jn11,41]; [Rom1,8]; [Rom7,25]; [Ef5,20]; [1Tes5,18]; [1Cor1,4]; [Flp1,3]; [Col1,3]; [Col3,17]; ver [2Cor1,3]; [Ef1,3].

Adivinación

Adivino: Práctica y oficio bastante comunes entre los pueblos vecinos a Israel [Gén41,8]; [Éx7,11]; [Éx7,22]; [Is47,12]; [Dan2,2], [Dan2,27], pero severamente prohibidos a los judíos [Lev19,26]; [Dt18,9-14]; [1Sam28,7], [1Sam28,15], [1Sam28,21]; [Jer27,9]; [Mal3,5]; [He8,9], [He8,11].

Adoración

Es la reacción del hombre, pequeño y pecador, ante la cercanía y grandeza de Dios. En ella se entrelazan agradecimiento y homenaje [Gén24,48]; [Sal95,1-6], veneración y respeto [Sal5,8]; [Dan6,11]; [Ap4,5-8]. Esta actitud interior se manifiesta en gestos exteriores tales como el sacrificio [Gén22,5-8]; [1Sam1,3]; [2Re17,36], la postración [2Sam12,20]; [2Sam15,32]; [Éx4,31]; [Dt26,10]; [Sal96,9]; [Sal99,1-5] y el canto [2Crón29,28]; [Si50,16-18]. Sólo el Señor debe y puede ser adorado [Éx34,14-16]; [Dt4,19-20]; ver [Est3,2-5]; [Mt4,10]. Adorar a las criaturas, sean ángeles [Ap19,10], hombres de cualquier rango [Dan3,18]; [He10,25-26]; [Ap13,48] u otros seres de la naturaleza [Éx34,14-17]; [Lev26,1], está severamente prohibido y puede constituir un grave pecado. Pero Jesucristo, reconocido por la fe como verdadero Hijo de Dios, sí es objeto de adoración [Mt28,9], [Mt28,17]; [Jn9,38]; [Flp2,9-11]. A su vez, Jesucristo enseña que la auténtica adoración ha de ser interior, "en espíritu y verdad" [Jn4,24]; ver [Jn2,19-22].

Adulterio

Es la traición al amor prometido y sellado con el matrimonio. Prohibido en todos los códigos, tanto profanos como religiosos, de la antigüedad, la Biblia lo condena sin paliativos [Éx20,14]; [Lev18,20]; [Lev20,10]; [Dt5,18]; [Dt22,22]; [Pro2,16]; [Si23,22-23]. Jesús renueva la condena [Mt5,27-32]; [Mt19,18]; [Mc10,11]; [Lc16,18], pero está abierto al perdón [Jn8,10-11]. La misma reprobación en otros pasajes del NT [Rom2,22]; [1Cor6,9]; [Heb13,4]. Lo específico de la Biblia es considerar como un adulterio espiritual la idolatría en cuanto infidelidad a Dios [Is57,3-11]; [Jer3,1-13]; [Jer13,26-27]; [Ez23,1]; [Os2,4-15]; [Mt12,39]; [Mt16,4]; [Mc8,38]; [Sant4,4]; [Ap2,21-22]; [Ap17,1-2].

Agua

Por su misma naturaleza y en cuanto criatura insigne de Dios [Gén1,2], [Gén1,7], [Gén1,9]; [Pro8,27-29]; [1Pe3,5]; ver [Sal104] se presenta en la Biblia como elemento vivificador [Gén2,5-6], [Gén2,10-14]; [Dt11,14]; [Jer5,24]; [Is30,23], [Is30,25]; [Job5,10] o temible [Gén7,11-12], [Gén7,17-24]; [Job12,15]; [Sal32,6], según los casos. De ahí que el agua sea en la Biblia un elemento simbólico de primer orden para significar unas veces la bendición divina [Dt28,12]; [Lev26,3-4]; [Gén27,28]; [Sal132,2-3]; [Ap22,1-2] "paralelamente, la falta de agua se interpreta como señal de maldición [Dt28,23-24]; [Lev26,19]; [Is19,5-7]; [Ez4,16-17]"; otras veces simbolizará la desgracia que se cierne sobre el hombre [Sal18,5], [Sal18,17]; [Sal42,8]; [Sal124,4-5]; [Sal144,7], y otras, finalmente, la eficacia purificadora y vivificadora de la acción divina [Núm8,7]; [2Re5,10-14]; [Ez47,1-12]; [Is44,3-4]; [Jer17,8]; [Jn4,10-14]; [Jn7,37-39]; [Jn19,34]; [1Cor10,4]. Esto último es válido especialmente para las aguas bautismales [Mt3,11] par; [Mt28,19]; [Jn3,5]; [He22,16]; [1Cor6,11]; [Ef5,26]; [Heb10,22].

Alabanza

Alabar a Dios significa para la Biblia reconocer y proclamar su grandeza [Is12,4-6]; [Sal29,1]; [Sal96,1]; [Sal104,1]; [Sal145,1]; [Lc2,13-14], su bondad inagotable [1Sam2,1-10]; [Sal30,34], su fuerza salvadora y liberadora [Éx15,1-21]; [Is25,15]; [Sal71]; [Sal146]; [Lc1,46-55], su amor y su fidelidad [Sal89,1]; [Sal106,1]; [Sal107,1]; [Sal117,1]. De ahí que alabanza, adoración y acción de gracias sean conceptos profundamente afines. Lo específico de la alabanza es que se centra en Dios mismo más que en sus dones. Al llegar la plenitud de los tiempos, Dios se hace visiblemente presente en Cristo; y a partir de este momento la alabanza a Dios se realiza en Cristo, con Cristo y por Cristo [Lc2,13]. [Lc2,20]; [Lc18,36]; [Lc19,37-38]. Incluso Cristo en persona es objeto directo de esta alabanza [Mt21,9]; [He19,17]; [Ap5,9]. Hay que subrayar, finalmente, que ya desde el AT el marco privilegiado de la alabanza es la liturgia [1Crón16,36]; [Esd3,11]; [Lev7,12]; [Lev22,29]; [He2,46-47]; [Ef5, 19-20].

Alegría

La Biblia se hace eco de las alegrías humanas, sean legítimas [Jue9,13]; [Is16,10]; [Jer33,11]; [Sal113,9]; [Sal126,1]; [Pro5,18]; [Si2,24]; [Si3,12], [Si3,22]; [Si5,18-19]; [1Mac14,11]; [Jn16,21] o sean reprobables [Mc14,11]; [Lc23,8]; [Jn16,20]; [Ap11,10].
Pero sobre todo proclama a Dios fuente y sostén de la auténtica alegría [Jer7,34]; [Sal95,1]; [Sal96,11-12]; [Sal104,31-34]; [Flp4,4]. Por eso la alegría se desbordará cuando Dios haga presente su fuerza salvadora entre los hombres [Is9,2]; [Is35,1-10]; [Is49,13]; [Is55,12]; [Is65,17-25]. Por eso con Jesucristo la alegría alcanza la plenitud escatológica [Lc1,28], [Lc1,44], [Lc1,47]; [Lc2,10]; [Lc10,21]; [Jn16,20-22]; [Jn17,13]; [He13,52]; [Rom12,12]; [Rom14,17]; [Rom15,13]; [2Cor1,3-7]; [Gál5,22]; [Ap18,20]; [Ap19,1-10].

Alianza

Palabra clave y punto de partida de todo el pensamiento religioso bíblico. El Dios de la Biblia es un Dios que quiere establecer y establece un pacto de amor y de fidelidad con los hombres. Todo se desarrolla a través de un gigantesco proceso histórico, complejo, maravilloso y con frecuencia desconcertante. En [Gén9,9]; [Gén15,1-21] y [Gén17,1-21] se anticipa el tema de la alianza, acontecimiento que conoce su punto culminante en la incomparable experiencia religiosa del Sinaí [Éx19,1] - [Éx20,1]; [Éx24,1]; [Dt5,1]. A partir de este momento, la llamada fórmula de la alianza "Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis Mi pueblo", será una constante en la revelación bíblica [Éx6,7]; [Lev26,12]; [Dt26,16]; [Dt19,1]; [Dt29,12]; [2Sam7,24]; [Jer7,23]. En los momentos cruciales de la historia israelita asistimos a la renovación de la alianza en los días mismos de Moisés [Éx34,10-28]; en tiempos de Josué [Jos8,30-35]; [Jos24,1-28]; en tiempos de David [2Sam7,8-16]; [2Sam23,5] y de Salomón [1Re8,14-29], [1Re8,52-61]; en tiempos de Jonás y, sobre todo, de Josías ([2Re11,17]; [2Re23,1-33]), y en los tiempos de la restauración posexílica [Neh8,1-18]. Pero las repetidas infidelidades del pueblo y los consiguientes castigos [2Re17,7-23]; [2Re23,26-27]; [Jer22,9]; [Ez16,15-52] hacen que los profetas anuncien una alianza nueva [Is42,6]; [Is55,3]; [Is59,21]; [Is61,8]; [Jer31,31-34]; [Jer32,40]; [Ez16,62]; [Ez36,24-28]; [Ez37,26-27]; [Mal3,1]. Es la nueva alianza, que tiene a Jesucristo, en el misterio de su muerte y resurrección como artífice y mediador [Mt26,28]; [Mc14,24]; [Lc22,20]; [1Cor11,25], y que por lo mismo ya no mantendrá al hombre bajo la esclavitud de la letra [2Cor3,6] y de la ley [Gál4,21-31]. Alianza sellada con el sacrificio irrepetible y personal de Cristo [He15,11]; [Rom8,3-5]; [Heb8,6-13], que le confiere una definitiva eficacia salvadora [He13,38]; [Rom8,3]; [Gál3,10-12].

Alma

Los términos bíblicos, tanto Hebreos como griegos, que habitualmente se traducen por "alma" no designan, al menos en la perspectiva semita, una parte del hombre, sino al hombre entero en cuanto ser vivo. El hombre no tiene "alma", sino que es "alma"; es un ser viviente. Vida que, por una parte, hay que conservar [Jos9,24]; [1Sam19,11]; [Sal6,5]; [Sal35,4]; [Sal38,13]; [Lc21,19]; [He27,34]; [Mt2,20]; [Rom11,3] y, por otra parte, en cuanto simple valor terreno, no debe ser objeto de preocupaciones excesivas [Mt10,39]; [Mt16,25-26]; [Lc14,26]; [Lc17,33]; [Jn12,25]. En este sentido, "salvar el alma" es alcanzar la vida eterNa para toda la realidad humana [Sant1,21]; [1Pe5,20]; [Heb10,39].

Altar

En la religión de la Biblia, como en todas las religiones, el altar es el lugar del sacrificio y, por tanto, signo de la presencia divina [Gén8,20]; (127); [Gén13,18]; [Gén26,25]; [Éx17,15]; [Éx20,24-25]. Consiguientemente, los altares de los falsos dioses deben ser destruidos [Éx34,13]; [Dt7,5]; [Jue6,25]; [2Re10,27]. En el culto israelita ocupan un lugar destacado el altar del incienso [Éx30,1-10] y el de los holocaustos [Éx38,1-7]. En la nueva alianza Dios se ha hecho presente en Cristo y no hay más altar que el propio Cristo, que es también al mismo tiempo víctima y sacerdote [Jn2,21]; [Jn17,19]; [1Cor10,16-21]; [Heb13,10]; [Ap6,9].

Amén

Palabra de origen Hebreo, que indica firmeza, veracidad, adhesión, seguridad. En este sentido, Dios mismo es llamado el "Amén" en cuanto es fiel y veraz [Is65,16]. Dicho por hombres, puede tener un sentido de compromiso [Núm5,22]; [Dt27,15]; [1Re1,36]; [Jer11,5] y también de aclamación [Neh8,6]; [Tob8,8]; [Jds15,10]; [1Crón16 36]. En el NT tiene con frecuencia este último sentido [Rom1,25]; [Gál1,5]; [Heb13,21]; [2Pe3,18]; [Ap7,12], aunque no para Jesús, "testigo fidedigno y veraz" [Ap3,14] y "Amén de Dios" [2Cor1,19-20], en cuyos labios el término "amén" recupera la fuerza original de afirmación sólida e incuestionable ([Mt5,18]; [Mt6,16]; [Mt10,15]; [Mt13,17]; etc.; [Jn1,51]; [Jn3,3], [Jn3,5]; [Jn5,19]; [Jn6,26]; etc)

Amistad (ver Amor)

Cuando es auténtica, es una de las manifestaciones más genuinas del amor, y la Biblia no le regatea elogios [Éx33,7]; [Pro17,17]; [Si6,15-17]; [Si7,18]. Es proverbial la amistad entre David y Jonatán [1Sam18,1-4]; [1Sam19,1-7]; [1Sam20,1-40]; [2Sam1,25]; [2Sam9,1]; [2Sam21,7]. Pero existen también amigos falsos y amistades ilusorias [Job19,19]; [Sal38,12]; [Sal41,10]; [Sal55,13-14]; [Si6,8-13]; [Si12,9]; [Si37,1-5]. Dios es el modelo y la fuente de la verdadera amistad [Éx33,8]; [Is41,8]; ver [Gén18,17], amistad que en Jesús de Nazaret reviste un rostro humano [Jn3,11-35]; [Jn15,13-15].

Amor

La Biblia conoce y valora (positiva o negativamente; según los casos) la realidad humana del amor en sus diversas manifestaciones [Gén2,23-24]; [Gén22,1]; [Gén24,1]; [Gén34,2-5]; [Jue14,16]; [Rut3,10]; [1Sam1,5]; [1Sam1,8]; [1Sam18,1-3]; [1Sam20,17]; [2Sam1,23], [2Sam1,26]; [2Sam3,16]; [2Sam12,15-25]; [2Sam13,4-17], [2Sam19,1-5]; [1Re11,1-2]; todo el Cantar de los Cantares; [Pro5,18-19]; [Si9,1-9]; [Dan13,8-14]; [1Cor7,3-5], [1Cor7,33-34]; [Ef5,28-33]; [Tit2,4]. Pero la Biblia es sobre todo un inmenso poema al amor en cuanto realidad religiosa y trascendente. Define a Dios como amor que se comunica [1Jn4,8], [1Jn4,16]. Dios crea el mundo y lo mantiene en la existencia por amor [Sal136,1]; [Sap11,23-26]. Por amor elige un pueblo como portador de salvación, lo libera, lo introduce en la tierra de promisión, lo mima con cariño maternal, y hasta cuando lo castiga lo hace por amor [Dt7,7-15]; [Dt10,15] "ver [Éx34,6-7]"; [Is5,1-7]; [Is49,14-16]; [Is54,4-10]; [Jer3,1], [Jer31,18-20]; [Ez23,1]; [Os2,1] - [Os3,1]; [Os11,1-9]; [Sal80,1]. Por amor envía su Hijo al mundo [Jn3,16] y le somete al trance de una muerte dolorosa [Rom5,6-10]; [Rom8,32]; [Ef2,4]; [1Jn4,9-10], [1Jn4,16-21]. Amor de Dios que se hace visible, cercano y ardiente en la persona de Cristo [Jn13,1]; [Jn13,34]; [Jn15,9], [Jn15,13]; [Jn17,23]; [Ef3,19]; [Ef5,2], [Ef5,25]; [Gál2,20]; [Tit2,4-6]. A este amor de Dios, el hombre ha de responder con el suyo propio. Amar a Dios sin recortes, sin parcelas reservadas [Dt6,5-9]; [Dt10,12-13]; [Dt30,6]; [Dt30,15-20]; [Sal31,24]; [Sal116,1]; [Si2,12-16]; [Mt22,37]; [1Jn5,1-3]. Amar a Jesús caminando en pos de él [Mt4,18-22] par; [Jn1,39-43]; [Jn21,15-21], guardando su palabra [Jn14,15], [Jn14,21], [Jn14,23-24]; [Jn15,9-10]; ver [1Jn5,1-2], renunciando a todo [Mt10,37]; [Mc10,17-21]; [Lc14,25-27]; [1Cor16,22]. Y amar a los hombres como hermanos [Lev19,18], [Lev19,34]; [Dt10,18-19]; [Mc12,28-33] par; [Jn13,34-35]; [Jn15,12], [Jn15,17]; [1Jn2,7-11]; [1Jn3,11-24]; [1Jn4,7-21]; [1Tes4,9-10]; a todos los hombres [1Tes3,12], no sólo a los amigos, familiares y bienhechores, sino también a los desconocidos [Lev19,34]; [Mt5,46-48]; [Lc6,32-34]; [Lc14,12-14], incluso a los enemigos [Mt5,43-45]; [Lc6,27-29]; [Rom12,14], [Rom12,17-21]; amor especialmente a los pequeños, a los indefensos, a los marginados [Éx22,20-26]; [Éx23,4-12], [Is1,17]; [Jer22,16]; [Ez18,5-9]; [Am1,1]; [Am2,1]; [Mal3,5]; [Pro14,21]; [Mt10,42]; [Mt18,5-6], [Mt18,10-14]; [Mt25,31-46]; [Lc10,27-37]; [Flm6,1]; [Flm7,1]; [Sant1,27], [Sant2,1-9]. Y todo teniendo a Jesús por modelo [Jn13,34]; [Jn15,12]; [2Cor5,14]. Resumiendo el amor en su dimensión religiosa aparece en la Biblia como la gran palabra que lo explica y compendia todo. Ya en los tiempos de la antigua alianza [Éx34,6-7], pero sobre todo en los de la nueva [Mt22,40]; [Rom13,8-10]; [Gál5,13-14]; [1Cor13,1-13]; [Col3,14].

Anatema

Palabra de origen griego que, etimológicamente, designa algo consagrado a la divinidad ([Jue16,23]; [2Mac9,16]; [Lc21,5]). El uso más frecuente en la biblia remite a aquellas personas o cosas que deben ser destruidas en homenaje a Dios ([Dt7,1-5]; [Dt20,16]; [Jos6,3]; [Jos7,1]; [Jos7,10-15]; [Jos8,26]; [1Sam15,3]; [1Sam15,18]). Con el tiempo paso a ser sinónimo de exclusión de la comunidad y de persona o cosa maldita ([Esd10,8]; [Rom9,3]; [1Cor12,3]; [1Cor16,22]; [Gál1,8-9]).

Anciano

Con esta palabra se designa en primer lugar al hombre o mujer de avanzada edad [Gén18,11]; [Gén27,2]; [1Sam 2,22]; [Is20,4]; [Pro17,6]; [Lc1,18]; [Jn8,9]; [Tit2,2-3]; [Flm9,1]. La Biblia atribuye a la bendición divina alcanzar una ancianidad feliz [Gén15,15]; [Dt5,16]. Pero como los muchos años conceden experiencia y sabiduría, en la tradición bíblica, lo mismo que en el resto de las culturas antiguas, anciano pasa a ser sinónimo de hombre experimentado, con capacidad para aconsejar y dirigir válidamente una comunidad [Éx3,16]; [Éx3,18], [Éx12,21], [Éx17,5]; [Éx18,21-26]; [Núm11,16-17], [Núm11,24-25], [Núm11,30]; [Dt21,2]; [1Sam8,4]; [2Sam3,17]; [2Sam17,4], [Esd10,14]; [Si8,9]; [Si25,3-6]. En la mayoría de estos pasajes, más que a individuos aislados, se hace referencia a un grupo institucionalizado, en el que no necesariamente todos sus componentes deben tener una edad avanzada. Tales son los "ancianos" o consejo de ancianos (=sanedrín) al que aluden con frecuencia los evangelios y Hechos [Mt16,21] par; [Mt21,23] par; [Mt26,3] par; [Mt27,1] par; [Mt27,3]. [Mt27,12], [Mt27,20], [Mt27,41]; [Mt28,12]; [Lc7,3]; [He4,8], [He4,23]; [He6,12]; [He23,14]; [He24,1]; [He25,15]. Este significado de dirigente y animador de la comunidad, sin demasiado énfasis en la edad avanzada, es el que tiene en la Iglesia cristiana [He11,30]; [He14,23]; [He15,2], [He15,4], [He15,22-23]; [He16,4]; [He21,18]; [Sant5,14]; [1Pe5,1]; [2Jn1,1]; [3Jn1,1] como paso previo al sentido técnico de sacerdote que hoy tiene el término "presbítero" = originariamente "anciano" [1Tim5,17], [1Tim5,19]; [Tit1,5]. Dios es llamado en el libro de Daniel el "Anciano de días" [Dan7,9]; y en el Apalipsis de san Juan se mencionan 24 ancianos, probablemente como símbolo de lo más noble de la nueva humanidad reordenada por Cristo para Dios [Ap4,4], [Ap4,10]; [Ap5,5], [Ap5,6], [Ap5,8], [Ap5,11], [Ap5,14]; [Ap7,11], [Ap7,13]; [Ap11,16]; [Ap14,3]; [Ap19,4].

Ángel

La presencia de los ángeles es constante en la Biblia desde la primera página [Gén3,24]; [Gén16,7-11] hasta la última [Ap22,8], [Ap22,16]. Son presentados como seres superiores a los hombres, puestos al servicio de Dios para alabarle [Is6,24]; [Lc2,13]; [Ap15,11] y para desempeñar el oficio de mensajeros suyos ante los hombres [Job1,6]; [Lc2,9-10]; [Heb1,5-14]. Cabría pensar, en absoluto, que estos seres son simplemente una representación simbólica de Dios y de sus atributos de su poder y su gloria [Ez10,15]; [Sal18,10-11]; [Sal80,2]; [Sal99,1-2]; [Ap7,1-2]; de la permanente actividad divina en el mundo [Sal103,20]; [Dan8,15-19]; [Dan9,21-24]; [Dan10,13], [Dan10,21]; [Zac1,8-17]; [Mt24,31], de su providencia amorosa sobre los hombres y las cosas [Tob12,15-20]; [Mt18,10]; [Lc16,22]; [He12,7-11]; [Ap12,7-8]. Esto vale sobre todo para la expresión "ángel del Señor" frecuente en el AT [Gén16,7], [Gén16,13]; [Gén12,11]; [Éx3,2]; [Jue2,1], [Jue2,4]; [Jue6,11-24], y no ausente en el Nuevo [Mt1,20], [Mt1,24]; [Mt2,19]; [Mt28,2]; [Lc1,11]; [Lc2,9]; [Jn5,4]. No obstante, el hecho de que todo el NT y Jesús en particular mencionen infinidad de veces a los ángeles como seres reales y activos, puede hacer pensar que no se trata de simples símbolos [Mt4,11]; [Mt22,30]; [Mt25,31]; [Lc1,19], [Lc1,26]; [Lc2,15]; [Lc15,10]; [Gál3,19]; [2Tes1,17]; [1Tim5,21]; [Ef1,21]; [Col2,18]; [Heb2,2-5]; etc.

Anticristo

El vocablo aparece sólo en las cartas de san Juan [1Jn2,18], [1Jn2,22]; [1Jn4,3]; [2Jn7,1]; la realidad es evocada también en otros pasajes [Mc13,14]; [2Tes2,3-12]; [Ap13,4-18]. Es el equivalente al anti-Dios del AT [Is27,1]; [Ez28,2]; [Ez38,1]; [Ez39,1]; [Dan7,8]; [Dan9,27]; [Dan11,36], y en él se personifica la oposición más radical a Cristo y a su reino.

Apocalipsis

Tanto el substantivo como el verbo correspondiente tienen el significado general de revelar, manifestar, descubrir alguna cosa [Lc2,32], [Lc2,35]; [Mt10,26]; [Mt16,7]; [Jn12,38]; [Rom1,17-18]; [1Cor3,13]; [1Cor14,6]; [Gál1,12]; [Gál2,2]; etc. Se utiliza especialmente para evocar la revelación tanto del ser como de los designios más profundos de Dios [Dan2,23]; [Mt11,25-27]; [Jn12,14]; [Rom16,25]; [1Cor2,10]; [Ef1,17]; [Ef3,3] en relación sobre todo con la gloriosa manifestación de Dios y de su Hijo Jesucristo al término de la historia humana [Rom2,5]; [Rom8,19]; [1Cor1,7]; [2Tes1,7]; [1Pe1,7], [1Pe1,13]; [1Pe4,13], [Ap1,1].

Apóstol

Es el título con que el NT designa a los doce que Jesús eligió para que le acompañaran más de cerca [Mc3,14]; [He1,21] y para confiarles la misión de anunciar al mundo el reino de Dios [Mt10,2-7]; [Mc3,14-19]; [Lc6,13-16]; [Ap21,14]. En realidad, el apóstol por antonomasia es el propio Cristo en cuanto enviado del Padre para salvar al mundo [Jn3,17]; [Jn3,34]; [Jn5,36]; [1Jn4,9], [1Jn4,14]; [Rom8,3]; [Gál4,4]; [Heb3,11]. El NT concede también el título de apóstol a otras personas que destacan por su actividad misionera [Rom16,7]; [2Cor8,23]; [He14,4]; y de manera especial lo hace con Pablo quien reivindica con energía su condición de apóstol en total igualdad con los doce [Rom1,1]; [1Cor1,1]; [1Cor9,1-5]; [1Cor15,8-10]; [Gál1,1], [Gál1,16-17]; [Gál2,8]; [1Tim2,7].

Arrepentimiento (ver Conversión)

Autoridad

Designa en primer lugar y ante todo la soberanía absoluta de Dios sobre el universo creado por él [Gén1,1-2,4]; [Pro8,14-16]; [Si10,4]; [Rom13,1]. Dios se la comunica al hombre [Gén1,28], a los padres [Éx20,12]; [Ef6,1-3]; [Col3,20], a los amos [Gén16,9]; [Ef6,5-9], a los dirigentes de la comunidad [Núm11,24-25], aunque no sean israelitas [1Re19,15]; [2Re8,9-13]; [Jer27,6]; [Jn19,11]; [Rom13,1-7]. Jesús está investido de suprema autoridad [Mc1,22], [Mc1,27]; [Mc2,10], [Mc2,28]; [Mc11,28-33]; [Mt7,29]; [Jn17,2], que comunica los responsables de la Iglesia fundada por él [Lc10,16]; [Lc10,19]; [Mc3,14-15]; [Mt28,19-20]; [Jn20,23]; [1Tes5,12-13]; [Heb13,17]. Pero esta autoridad debe ser ejercida no como un poder, sino como un servicio [Mc10,42-45] par; [Lc22,25-27]; [Jn3,12-17]; [2Cor4,5]; [2Cor10,8]; [2Cor13,10]; [1Tes2,6-8]; [Flm8,1]; [Flm9,1].

Avaricia

Es un vicio duramente fustigado por los profetas y los sabios de Israel, que recriminan sobre todo el lucro injusto y el enriquecimiento brutal de quienes detentan el poder político [Is5,8-10], [Jer6,13]; [Jer8,10]; [Jer22,17]; [Ez18,12-13]; [Ez22,27]; [Am8,4-6]; [Hab2,9]; [Job31,24-25]; [Sal62,11]; [Pro30,8-9]. A menudo se identifica con la rapiña y el robo [Pro1,19]; [Pro15,27], con la ambición desmesurada y la confianzaen las riquezas [Is56,11]; [Pro11,28]; [Pro27,20], con el soborno y la corrupción [1Sam8,3]; [Sal15,5]; [Ez22,12-13]; [2Mac4,50]; [2Mac10,20-21]. En el NT se la condena con idéntica fuerza [Mt6,24]; [Mc7,22]; [Rom1,29]; [1Cor5,10-11]; [Ef4,19]; [Heb13,5] hasta el punto de considerar la avaricia como "la raíz de todos los males" [1Tim6,9-10] y como señal distintiva de una vida que ignora a Dios [Ef5,5]; [Col3,5].

Ayuno

Es un gesto religioso, poco apreciado por la moderna cultura secularizante, pero muy enraizado en todas las antiguas religiones y muy positivamente valorado por la Biblia como signo del reconocimiento de la condición frágil y pecadora del hombre frente a la soberanía y santidad de Dios [Lev16,29-31]; [Lev23,27-32]; [Núm29,7]; [1Re21,27-29]; [Esd8,21], [Dan9,3], como medio de implorar la protección divina contra una calamidad ([Jl2,12-17]; [Jds4,9-13]) o antes de emprender una difícil empresa [Jue20,26]; [Est4,16]; [He13,2-3], como señal de luto por una desgracia doméstica [2Sam12,16]; [2Sam12,22] o nacional [1Sam7,6]; [2Sam1,12]; [Bar1,5]; [Zac8,19] o simplemente como manera de prepararse al encuentro con Dios [Éx34,28]. Pero la Biblia no considera el ayuno como un rito mágico; por eso mismo sólo lo valora positivamente cuando va acompañado de la oración y de la ayuda al necesitado [Tob12,8-9]; [Jer14,10-12]; [Is58,3-7]. En esta misma línea de valoración positiva, pero condicionada, se Colocan Jesús [Mt4,2]; [Mt6,16-17]; [Mt9,14-17] par; [Mt17,21]; ver [Lc2,37] y la primitiva comunidad cristiana [He13,2-3]; [He14,23].