QUERUBINES. LOS GUARDIANES

En la angelología cristiana, un querubín es un tipo de ángel, el segundo de los nueve coros angélicos. Se consideran los guardianes de la gloria de Dios. Su nombre significa "los próximos" -o "los segundos"-. Se les suele representar con la forma de un niño con alas, o solamente la cabeza del mismo.

Tienen una característica de guardianes y al mismo tiempo de "carruaje". (Ezequiel 1:9 muestra a los querubines que “sus alas se juntaban unas con otras”, por lo que se brinda la imagen de un grupo homogéneo, constituyendo una especie de 'carroza celestial').

Su desplazamiento es veloz: “los seres iban y volvían, como si fueran relámpagos” (Ezequiel 1:14). De acuerdo con el Apocalipsis su velocidad es como la de un relámpago.

Origen de la palabra

La palabra querubín viene del griego querub, que pudiera significar “toro, o los próximos o segundos”, en referencia al coro angélico que es liderado por los serafines.

Con el transcurrir de los siglos la imagen de los querubines se asimiló a la de un ángel niño. Querubín viene del hebreo "kerubim" con el mismo significado, "angelito". Ahora bien, en su etimología hebrea, "karov" significa "cercano". Como en la disposición de los coros de los ángeles, los querubines están cercanos a Dios, se los llamaron "krubím". Existen discusiones por la grafía de la palabra que suena igual (krubím y crubín), pero en hebreo se escribe con otras letras. (Éxodo 25:18;)

Los querubines son seres que pueden ser vistos solo por quienes son "elevados" a una dimensión superior, es decir, a un estado en el que el cielo "se abre para ellos" (Ezequiel 10:14; 1Reyes 6:23-28;).

Los persas también incorporaron "kerubes" guardianes, como se pueden ver hoy día en las ruinas de Persépolis (Irán). Tenían algunas figuras de Mithra con cuerpo de hombre, cabeza de león y cuatro alas. A través del mazdeísmo (religión y filosofía basada en las enseñanzas del profeta y reformador iraní Zoroastro (Zarathustra)),y sus jerarquías angélicas, el término pasa a designar a un tipo de “ángel o mensajero divino”  en parte de las escrituras cristianas. Durante la cautividad babilónica o persa de los hebreos, este término pasa a la Biblia hebraica, y así prepara el traspaso al Nuevo Testamento, que le dará la forma definitiva.

De todas formas la palabra se encuentra testimoniada en acadio, asirio y babilónico, en escritura cuneiforme. De ahí pasa al hebreo, al griego y latín. Para estas culturas el querubín era un genio alado, guardián sagrado de las puertas, en forma de animal, especialmente bajo el aspecto de un toro con cabeza humana y alado. Se usaba como figura de un genio apotropaico, como por ejemplo, en las puertas del templo de Isthar de Babilonia, conservadas en el museo de Pérgamo de Berlín.

De todos modos, la forma angélica que adoptaron los querubines en el cristianismo se asemeja más a la de los putti o amorcillos, acompañantes de la diosa Venus y su hijo Cupido en la cultura grecorromana.