DICCIONARIO DE TÉRMINOS BÍBLICOS. LETRA D


D


Decálogo

Constituye el compendio y quintaesencia de la ley mosaica, y ha llegado hasta nosotros en dos recensiones fundamentalmente idénticas [Éx20,1-17] y [Dt5,6-21]. En el lenguaje vulgar, decálogo equivale a diez mandamientos; pero en realidad se trata más bien de las palabras de alianza que Dios dirige a su pueblo, y a las que el pueblo debe responder con fidelidad y amor [Éx24,3]; [Éx24,7]; [Dt4,10-13]; [Dt10,14]; [Dt9,7]; [Dt28,1]. Los profetas no cesaron de inculcar la fidelidad profunda al decálogo [Jer7,5-8]; [Jer11,1-8]; [Jer17,19]; [Jer21,12]; [Os4,1], y Jesús reconoce su valor fundamental, pero al mismo tiempo sublima su contenido [Mt5,3-12]; [Mt5,21-48]; [Mc10,19]. Dedo: (ver Brazo) Expresión figurada para designar una intervención poderosa de Dios [Éx8,15]; [Éx31,18]; [Sal8,4]; [Lc11,20].

Demonios

La Biblia habla de ellos como espíritus maléficos [1Sam16,14-16]; [1Sam16,23]; [1Sam18,10]; [1Sam19,9]; [Tob3,8]; [Tob6,8]; [Tob6,14]; [Tob8,3], a quienes a veces el pueblo israelita rinde un culto idolátrico [Dt32,17]; [Bar4,7]; ver [1Cor10,20]. Con frecuencia, sobre todo en el NT, son representados como personificación del mal en lucha permanente contra Dios y su reino instaurado por Cristo [Mc5,1-15]; [Mt12,22-28]; [Mt12,43-45]; [Ef6,11]; [1Tes3,5]; [1Cor10,21-22]; [2Cor11,15]; [2Cor12,7]; [1Tim4,1]; [1Pe5,8]. Al frente de los demonios está Satán "que significa "el adversario"", suprema expresión de toda oposición a Dios [Zac3,1-5]; [Job1,1] - [Job2,1]; [Lc22,3]; [Lc22,31]; [Jn13,27]; [1Tes2,18]; [2Tes2,9]. Satanás, que recibe también los nombres de Belcebú [Mt12,22], Belial [2Cor6,14] y sobre todo Diablo [Mt4,1]; [Mt4,5]; [Mt4,8]; [Mt4,11]; [Mt13,39]; [Mt25,41]; [Jn6,70]; [Jn8,44]; [Ef4,27]; [1Jn3,8-10]; etc. Jesús nos libera del poder de Satán y sus demonios.

Deporte

Los libros de los Macabeos consideran los juegos deportivos como una práctica pagana, y en consecuencia los valoran negativamente [1Mac1,14]; [2Mac4,9]; [2Mac4,12]; [2Mac4,14-15]. Tampoco Pablo parece apreciarlos demasiado [1Tim4,8]; sin embargo, utiliza con relativa frecuencia el lenguaje deportivo [1Cor9,24-27]; [Flp3,12-14]; [2Tim2,5]; [2Tim4,7-8]; ver [Heb12,1].

Descanso

En el AT está sobre todo ligado al sábado como día semanal festivo. El descanso sabático es algo absolutamente sagrado [Éx20,8-11]; [Éx23,12]; [Lev23,3]; [Núm15,32-36]; [Dt5,12-15], hasta el punto de que la tradición sacerdotal de [Gén1,1] presenta a Dios creando el mundo al ritmo de la semana israelita [Gén2,1-3]. El descanso sabático se convierte así en símbolo del descanso mesiánico que Dios promete a su pueblo, y que está hecho de paz y felicidad [Éx33,14]; [Dt12,9]; [Is32,18]; [Jer31,2]; [Sof3,13]; [Heb3,11]; [Heb3,18]; [Heb4,1-11]; [Ap14,13]. En el NT Jesús relativiza la ley del descanso sabático [Mc2,23-27]; [Lc13,10-16].

Desierto

Tiene en la Biblia una doble significación religiosa a) Tierra estéril, tierra que no ha bendecido Dios, tierra temible y espantosa [Gén2,5]; [Dt1,19]; [Is14,23]; [Is30,6]; [Sof2,13]; [Lc3,14]. b) Epoca privilegiada en que Israel nace como pueblo al calor de la elección divina y en la que, con Dios como guía, alcanza la tierra prometida [Éx3,18]; [Éx5,1]; [Éx13,17-21]; [Dt8,2]; [Dt8,15-18], época de amores e infidelidades [Jer2,2]; [Os2,16-17]; [Ez20,10ss]; [Sal78,15-17]; [Sal78,40]; [Sal95,8-10]; [Sal106,1]. El desierto se revela así, tanto en el AT como en el NT, como señal de salvación [Is32,15]; [Is35,1]; [Is41,18]; [Is43,19-20]; [Mt4,1]; ver [Mt24,26]; [Lc1,80]; [Lc4,1]; [Mc1,12].

Designio de Dios

Con esta expresión evoca la Biblia el plan salvador de Dios sobre el hombre y el mundo. Plan que tiene a Cristo como centro; que se intuye, se anuncia y se promete en el AT [Dt26,5-10]; [Jos24,2-13]; [Is46,10]; [Is53,1]; [Is53,10]; [Jer23,18-22]; [Miq4,12] y que, llegada la plenitud de los tiempos, se realiza en Cristo, por Cristo y para Cristo [Gál4,4-5]; [Ef1,3-14]; [Ef3,5-11]. Jesús tiene plena conciencia de estar en el centro del designio divino, de haber sido enviado por el Padre para dar cumplimiento a sus planes salvíficos [Mt5,17]; [Mt5,22]; [Mt5,27]; [Mt5,32]; [Mt5,34]; [Mt5,39]; [Mt5,44]; [Mt15,24]; [Mc10,45]; [Lc24,7]; [Lc24,26]; [Lc24,44]; [Jn4,34]; [Jn5,30]; [Jn6,38]; [Jn12,23]; [Jn12,34]; [Jn13,18]; [Jn17,12]. Toda la teología de Pablo es una vigorosa proclamación de que el designio de Dios ya se ha realizado en Cristo [He20,27]; [Rom8,28-30]; [1Cor1,18-25]; [1Cor2,1-5]; [Ef1,3-14], si bien esperamos aún su consumación definitiva [1Cor15,20-28]; [1Tes4,13-17] y todo el libro del Apalipsis.

Desposorio

Rito por el cual el padre escogía esposa para su hijo y se fijaba el precio de la dote [Gén24]; [Gén28,1-5]; [Gén29,15-30]; [Gén38,6]; [1Sam18,20-25]. En la cultura religiosa semita el desposorio equivalía jurídicamente a un verdadero matrimonio [Gén29,21]; [Dt22,23-27];
el prometido recibe el nombre de esposo, y la mujer sólo queda libre mediante el repudio
[Mt1,18-19].

Destierro

(ver Cautividad) Amenazado con él en múltiples ocasiones [Dt28,63-68]; [Dt30,1]; [1Re8,46-50]; [Jer13,15-17]; [Os9,3], el pueblo israelita vivirá la terrible experiencia del destierro en a)Siria [2Re17,6] y en Mesopotamia [2Re24,10-16]; [2Re25,8-11]. Pero el destierro, que parecía un castigo "y en cierto sentido lo era", se transformó en bendición para el pueblo judío. Le Sirvió para profundizar en la naturaleza del pecado [Jer13,23] y desarrollar una religiosidad más auténtica [Jer31,19]; [Bar1,15]; [Bar2,35]; [Esd9,6]; [Neh1,6]; [Neh9,16-26].

Día del Señor

En primer lugar, es la expresión bíblica privilegiada para designar la intervención solemne de Dios en la historia; con frecuencia se abrevia en "el día" o "aquel día". Esta intervención va a revestir una faceta de ira y de castigo "se habla del día del juicio, el día de la cólera" [Is2,11-12]; [Ez13,5]; [Ez22,24]; [Lam2,22]; [Am5,18-20]; [Sof1,4-18]; [Mt10,15]; [Rom2,5]; [1Cor3,13] pero también y sobre todo de triunfo, salvación y liberación [Is11,10-12]; [Is12,16]; [Is27,1-6]; [Sof3,11-16]; [Am9,11]; [Jl3,4-5]; [Zac12,3-8]; [Mal3,2-5]; [Jn6,39]; [He2,17]; [He2,20-21]; [1Cor5,5]; [Ef4,30]. En el NT el día del Señor designa, por una parte, el momento de la venida gloriosa de Jesús al final de los tiempos [1Cor1,8]; [Flp1,6]; [Flp1,10]; [Flp2,16]; [1Tes3,13]; [1Tes5,23]; etcétera, y, por otra, el día especialmente dedicado a celebrar en el culto la resurrección de Jesús, el Señor [He20,7]; [1Cor16,2]; [Ap1,10].

Diácono

(ver Siervo y Ministerio) Palabra de origen griego, que significa criado, siervo, servidor; con este significado se emplea frecuentemente en la Biblia [Mt20,26] par; [Mt22,13; [Jn2,5]; [Jn12,26]; [Rom13,4]; [Rom15,8]; [2Cor11,15]; [Gál2,17]. En el NT hace referencia, sobre todo, al servicio cristiano [He6,2-5]; [Rom16,1]; [1Cor3,5]; [2Cor3,6]; [2Cor6,4]; [2Cor11,23]; [Ef3,7]; [Ef6,21]; [Col1,7]; [Col1,23]; [Col1,25]; [1Tim4,6], de donde poco a poco va convirtiéndose en término técnico para designar a unas personas concretas con peculiares responsabilidades, tanto cultuales como directivas, dentro de la comunidad cristiana [Flp1,1]; [1Tim3,8]; [1Tim3,12-13].

Dios

Es la realidad primera y definitiva, cuya existencia se impone en la Biblia sin necesidad de explicación o demostración alguna. Es "el primero y el último" [Is41,4]; [Is44,6]; [Is48,12]; ver [Ap1,8]. El mundo entero es "creación" suya [Gén1,1]; [Jn1,1]. Lo llena y lo conoce absolutamente todo, y nada ni nadie puede esconderse a su presencia [Gén3,10]; [Sal139,1-16]. Además del nombre Elohím (plural irregular de Él y que designa toda la intensidad del ser divino) recibe también en la Biblia los nombres de El-Elyon [Gén14,22], El-Roi [Gén16,13], El-Sadday [Gén17,1]; [Gén35,11], El-Olam [Gén21,33], El-Betel [Gén35,7]. Pero, sobre todo, se revela a su pueblo bajo el nombre de Yavé [Éx3,13-15]. Con este nombre, a la vez misterioso, temible y bienhechor [Éx33,18-22]; [Éx34,1-7], se revela como "viviente" [Dt5,26]; [Jos3,10]; [Jer10,10]; [Dan6,21], como "santo" [Lev20,30]; [Is6,3]; [Os11,9]; [Am2,7]; [Am4,2], como "celoso" [Éx20,5]; [Éx32,12]; [Is48,11]; [Ez36,22], como "único" [Éx20,3]; [Is43,10-12]; [Jer2,11-13], como "el absolutamente distinto" [Núm23,19]; [Is40,25]; [Os11,9], soberanamente encumbrado sobre las cosas y los hombres [Gén1,1ss], [Gén11,5-7] y a la vez cercano y solícito [Gén2,7]; [Gén3,8]; [Gén3,21]; [Gén7,16]; [Is49,15]; [Os11,1], presente en la tormenta [Éx19,18-19]; [Sal29,1] y en la brisa [1Re19,12]. Sin embargo, la revelación plena y definitiva del misterio de Dios se realiza y ofrece en la persona y en la vida de Cristo [Miq11,27]; [Jn1,18]; [Ef2,18]; [Ef3,12]; [Col1,26-27]; [Col2,2]. Conocer a Cristo es conocer a Dios [Jn14,7-10]; [Jn17,3]; [Jn17,26], que precisamente a través de Cristo, el Hijo, se nos manifiesta como Padre [Rom15,6]; [2Cor11,31]; [Ef1,3]; [Mt6,1-18]; [Mt6,26]; [Mt6,32]; [Gál4,6], como Espíritu [Mc1,10]; [Lc10,21-22]; [Jn4,24], como amor [Jn3,16]; [Jn5,20]; [Jn10,17]; [1Jn4,816]; [Rom5,8-10]; [Rom8,31-32]; [Tit3,4], como salvación [Mt1,21]; [Lc1,47]; [Lc1,68-77]; [Lc2,11]; [He4,12]; [He13,26]; [He15,11]; [1Tim1,1]; [1Tim2,3]; [1Tim4,10]; [Tit1,3]; [Tit2,10]; [Tit3,4].

Discípulo

El uso de esta palabra es más bien raro en el AT ver [Is8,16]; [Is50,4]; [Is54,13]. Pero lo que expresa, a saber el hombre que escucha, aprende y comparte ideas y vida de otra persona a quien tiene por maestro, es bastante más frecuente [1Re19,19-21]; [Jer31,34]; [Sal25,4-9]; [Sal119,12]; [Sal119,26-36]; [Pro2,1]; [Pro3,1]; [Pro8,32-34]. En el judaísmo tardío extrabíblico, palabra y contenido son bastante corrientes. En el NT se alude a discípulos de Moisés [Jn9,28], de Juan el Bautista [Mc2,18] par; [Jn1,35]; [He19,1], de los fariseos [Mc2,18]; [Lc5,35]; [Mt22,16]. Pero son los discípulos de Jesús los que acaparan la atención principal. Discípulos que a veces se identifican con los Doce [Mt10,1]; [Mt26,14], [Mt28,16]; [Mc6,7]; [Mc14,13-16]; [Lc9,1], pero que con frecuencia designan a un grupo más amplio [Mt8,21]; [Lc6,17]; [Lc6,19]; [Lc6,37]; "ver [Lc10,1]"; [Jn6,60]; [Jn6,66]. En el libro de los Hechos, discípulo y creyente llegan a identificarse [He6,1]; [He6,7]; [He9,10]; [He9,26]; [He14,20]; ver [Jn8,31]. Por su parte, [Jn6,45] constata el cumplimiento de [Is54,13].

Dispersión. Diáspora

Estas palabras tienen un primer sentido positivo, en cuanto que Dios quiere que los hombres se multipliquen y pueblen la tierra [Gén1,28]; [Gén9,1]. Tienen un segundo sentido negativo, en cuanto castigo de un pecado de soberbia y señal de la división entre los hombres [Gén11,7-9]. Y tienen, sobre todo, un sentido técnico para referirse a los israelitas dispersos por el mundo a raíz de la caída de los reinos de Israel y de Judá [2Re17,6-12]; ver [Dt28,64-68]; [Ez22,15-16]. Con el nuevo pueblo de Dios, la dispersión recupera su valor positivo original: los discípulos de Jesús se desparraman por todo el mundo para anunciar el evangelio [Mc16,15]; [He1,8]; [Sant1,1]; [1Pe1,1]; ver [Jn11,52] y [He2,1-11].

Divorcio

Permitido en el AT [Dt24,1]; ver [Mt19,8], no forma parte, sin embargo, del ideal religioso querido por Dios para el matrimonio [Mt19,4-9]; [Mc10,5-9]; [1Cor7,10]. A pesar de ello, todavía Pablo señala una excepción [1Cor7,12-16].

Dolor

Es de suyo una realidad natural, consecuencia inevitable de la limitación de toda criatura. Históricamente sin embargo, en lo que tiene de duro y mortificante para el hombre, es al mismo tiempo efecto del pecado [Gén3,16-19] e instrumento querido por Dios para expiar y redimir los pecados [Is53,1-12]; [1Cor1,18]; [Flp2,6-11]; [Rom4,25]; [Heb2,10] y para que individuo y comunidad se conviertan en frutos maduros para la salvación [He9,16]; [2Cor4,10-12]; [2Cor6,4-5]; [2Cor11,23-28]; [Ef3,1]; [Ef3,13]; [Col1,24]; [1Tes2,2]; [1Tes3,4].

Don

Según la Biblia, Dios está en el origen de todo don [Tob4,19], [Sant1,17]. La creación en general [Sal104], y en particular la salud y los demás bienes materiales [Dt28,1-14], la tierra prometida [Gén15,18]; [Dt8,7]; [Dt9,6]; [Dt11,10], la ley [Dt4,5-8]; [Dt5,22]; [Sal117,9-20]; [Si24,23], el corazón nuevo anunciado por los profetas [Jer24,7]; [Ez36,26-28]; todos son dones de Dios. Pero el don supremo es su propio Hijo [Jn3,16]; [Jn4,10]; [Rom5,8]; ver [Lc22,19], quien a su vez comunica a los creyentes el don del Espíritu [He8,20]; [He11,17].